Somos o no somos
En estos días debería saber para qué estamos aquí. Es decir, yo no tengo idea de qué hago aquí, ni qué soy ni a dónde voy. Tengo el amor, eso lo sé porque lo siento. Pero, aun a mis 36 años, cuando las personas me preguntan qué hago, no sé qué decir porque hago de todo, mil vidas. Y eso quiero ser: el de mil vidas, el de mil oficios, el de mil amores, el de mil aventuras, el que nunca quiere perderse nada.
Entonces, ¿qué quiero decir, qué quiero acentuar? Pues, que me dejen estar. O sea, a mí si algo me molesta es que no me dejen ser. Pero al mismo tiempo, a veces me cuesta entender que los otros tienen otra realidad. Pero también creo que compartimos una realidad. Esto que te digo no es nuevo, pero sí debería sorprenderte, porque esta es la base más pura de algunos de los estados primitivos del ser humano. En pocas palabras y sin tanto brillo: ¿somos o no somos?
Te dejaría dos verdades, una que resume todo lo que vine a decirte y otra como el calambre que me da al escribir. Aún siento las manos adormecerse y dejarse llevar por los pensamientos. Ahora es momento de prender la nave y dejar ir más rápido el teclado, sin saber a dónde ni por qué. ¿Qué pensamiento vendrá? Esto es lo más parecido a la meditación, e intento solo atrapar una idea y plasmarla al mismo tiempo que el ritmo y los estúpidos acentos llegan. Así debe ser mi realidad, buscando siempre algo que hacer, como un escritor, esperando el momento para escribir y perderte en las palabras. Cuando no escribimos, hacemos cosas. Este universo de palabras es lo más bello que pude experimentar, porque no importa cuántas veces venga aquí, siempre se sentirá así: como si no supiera quién soy y en palabras intento encontrarme entre universos imaginarios, intangibles, perpetuos pero incrédulos, cada uno de ellos.
Dejemos por hoy el alma libre y no le digamos qué hacer, solo estate ahí contigo mismo. ¿Hace cuánto tiempo no estás contigo mismo, así, sin hacer nada? Pero nada realmente, sin el móvil, sin la TV, sin radio, sin un libro, solo ahí, estando. Jaja, el verbo "estar" me da risa. Como risa me da el saber estar conmigo. Abrázame, abrázate y abraza un árbol. ¿Qué importa ya? Todo lo difícil está por llegar. Ahora sí, las contradicciones del día. ¡A vivir!
Bueno, te dejo que debo ir a dormir con ella.
#kury
omar kuriansky aviña
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