Besos robados

Era obvio que no estarías soltera; alguien como tú no podría seguir soltera. Hay muchos lobos esteparios en el bosque, pero alguien supo llegar hasta ti. Y lo que es mejor: tú conseguiste de él lo que querías. Le debemos respeto a quien está a tu lado. Pero ¿qué se puede hacer cuando el cuerpo llama?

No sé cómo llegaste a mi casa, ni cómo nos permitieron quedar a solas. Eres atrevida, y algo pasó ese día que, incluso ahora, me emociona al recordarlo. No sé si volverá a pasar, pero no estoy aquí para pedirle nada al universo. Hoy estamos como al principio. Solo que ahora tenemos un recuerdo al cual regresar en los días difíciles. No sé cómo te atreviste, pero gracias por hacerlo. Fue pasión, quizás un simple capricho. Pero no te juzgo: gracias a ese momento, tenemos este bonito recuerdo. Eso somos, recuerdos que toman control de nuestras emociones, que nos dan aliento para seguir amando, incluso a quienes no saben amarnos.

¿No es acaso nuestro destino amar tanto que nos quedemos sin nada? Darlo todo a este mundo, que no hace más que robarnos nuestra identidad, nuestras amistades. Porque, aunque no queramos admitirlo, somos más que una amistad.

Esto no es todo lo que quiero escribir. Tengo otros textos guardados en mi cuaderno, pero no es momento de que el mundo lo sepa todo de nosotros. Dejemos algo a la imaginación.

Ahora sí, cariño —porque eres *Cariño—. Mujeres como tú hay pocas, y no te arrepientas de lo que ya diste. Estás aquí conmigo y también sin mí.

Una libreta sin margen, irreparable. Y aunque te duela aceptarlo, eres lo que tú decidiste vivir.

Mira al frente, que lo mejor está por llegar. Los primeros besos valen; los besos robados valen más. Y el primer beso robado vale por tres.

Date al agua, date al fuego, date a la pasión. Ábrete a la vida.

Pensamientos de un miércoles por la noche. Pensamientos…